El corazón es un músculo hueco dividido en dos por un tabique que da origen al lado izquierdo y derecho del corazón. Cada lado del corazón esta subdivido en dos cámaras (aurícula y ventrículo) que están comunicadas a través de una válvula.
El lado izquierdo del corazón recibe la sangre oxigenada que viene desde el pulmón. Luego esta sangre pasa hacia el ventrículo y es bombeada hacia la arteria aorta que la lleva hacia el resto del organismo.
El lado derecho del corazón recibe la sangre utilizada por el organismo. Luego esta sangre pasa hacia el ventrículo y es bombeada hacia la arteria pulmonar que lleva esta sangre sucia hacia el pulmón para ser oxigenada.
Para que el corazón sea capaz de hacer sus funciones, debe ser un músculo hueco capaz de contraerse (para bombear la sangre) y de dilatarse (para llenarse de sangre) de forma rítmica. Además las válvulas cardiacas deben dejar que la sangre pase hacia delante, pero deben evitar que ésta vuelva hacia atrás. Cualquier fallo en la función del músculo cardiaco (miocardiopatía), en la función de las válvulas (valvulopatía) y en el ritmo (arritmias) puede llegar a producir problemas en la función del corazón: llevar la sangre en cantidad y frecuencia adecuada para que el resto del organismo pueda funcionar bien. Cuando el corazón se enferma, se producen problemas en todos los órganos ya que no les llegan bien el oxígeno y los nutrientes. Por esto, los signos clínicos de los problemas cardiacos generalmente son la expresión clínica de esta mala oxigenación y nutrición de los órganos. Una insuficiencia cardiaca será la incapacidad del corazón para bombear sangre suficiente para satisfacer las necesidades de los tejidos y órganos. Esto podrá ser causado por válvulas defectuosas, enfermedades miocárdicas (del músculo del corazón), problemas parasitarios u otras alteraciones cardiacas. Existen dos categorías principales de enfermedad cardiaca: la congénita, que aparece en el animal desde su nacimiento y que se observa antes del año de vida y la adquirida, la que aparece con la edad.
ALGUNOS SÍNTOMAS DE ENFERMEDAD
• Tos (sobre todo por la noche)
• Debilidad
• Cansancio
• Mucosas de color azul
• Dificultad para respirar
• Síncopes o desmayos
• Fatiga y rechazo al ejercicio
• Abdomen dilatado
COMO AFECTA
Cuando un perro o un gato padecen una alteración cardiaca, el cuerpo intenta compensar el problema, el flujo reducido de la sangre. El corazón empieza a latir a mayor velocidad y con mayor esfuerzo. Los músculos del corazón pueden engrosarse o bien las cámaras del corazón pueden dilatarse en un intento de bombear más sangre. Además, los riñones retendrán sustancias como sodio y agua para incrementar el volumen sanguíneo y la presión arterial. Durante un tiempo esos mecanismos compensatorios serán efectivos, el flujo sanguíneo se incrementará y los síntomas de enfermedad desaparecerán.
Cuando la enfermedad empeora, el corazón puede llegar a ser incapaz de compensar los problemas. La cantidad de sangre expulsada por el corazón deja de ser suficiente para aportar oxígeno a los tejidos y cubrir las necesidades del cuerpo. Además la sangre se acumula para entrar hacia el corazón afectado, y esa presión origina la acumulación de fluidos y la congestión.
DIAGNÓSTICO
Para evaluar la gravedad de la enfermedad cardiaca, los veterinarios llevarán a cabo un examen físico general y realizarán la
auscultación del animal para valorar el corazón y la respiración.
Como parte de la evaluación probablemente habrá que realizar un electrocardiograma (ECG), radiografías de tórax, un estudio ecocardiográfico del corazón y análisis sanguíneos.
TRATAMIENTO
Una vez establecido el diagnóstico de una alteración cardiaca, el veterinario determinará cuál es el tratamiento más adecuado. Este tratamiento estará en función de la patología concreta del animal, y su propósito será aliviar los efectos adversos.
Muchas veces será necesaria la administración de medicamentos que ayuden a que el corazón bombee mejor y mejore la actividad cardiaca. También serán necesarios medicamentos que ayuden a que no se retengan líquidos. El veterinario aconsejará sobre las recomendaciones adicionales entre las cuales puede incluir una reducción de peso.
Las dietas bajas en sodio pueden favorecer el tratamiento, ayudando con ello a prevenir el almacenamiento de un exceso de fluidos. El tratamiento dietético puede ayudar a satisfacer muchas de las necesidades especiales de los pacientes con alteraciones cardiacas.
Además la insuficiencia cardiaca compromete con frecuencia la función de otros órganos internos, como los riñones, el tracto digestivo y el hígado. Por ello será importante dar una dieta de alta calidad y muy digestiva, de fácil asimilación que cubra las necesidades de nutrientes adecuados sin excesos. El veterinario prescribirá el tratamiento médico y dietético adecuado a cada problema para mejora la calidad de vida del animal.